miércoles, 13 de enero de 2010

SOLOMON KANE



Solomon Kane es un capitán del ejército inglés del siglo XVI, puritano de la época Kane es un hombre de aspecto sombrío y pesimista, de cara pálida y ojos fríos, ensombrecido por un viejo chambergo que vaga por el mundo sin otro objetivo aparente que no sea vencer el mal en todas sus formas; así lo describía su creador Robert E. Howard, el mismo que creó a Conan el Bárbaro, en 1928 en su primera aparición en una de sus historias en la revista Weird Tales.
En el film Kane tiene sin saberlo una deuda con el diablo y cuando este pretende cobrarla Kane escapa de sus garras y se recluye en un monasterio para apartarse por completo del camino del mal ya que está seguro de que si vuelve a matar el diablo volverá para llevarlo consigo.

Solomon Kane es una de esas pelis que lo tiene todo para ser un bombazo, una buena base como son las historias de Robert E. Howard incluso los comics que en la década de los 70 publicó Marvel, una perfecta fotografía ambientada en la época transcurriendo la historia en escenarios fríos y misteriosos, bosques grises y solitarios, castillos imponentes y terribles, criaturas gigantescas y malvadas; todo componentes que van hinchando el globo del éxito poco a poco para después explotar en un éxtasis de fantasía y aventuras a borbotones, de sorpresas, sustos y emociones…, PUES NO nada de eso sucede con este globo que a medida que va avanzando el film se va deshinchando y quedando más bien a la altura de tráiler largo de videojuego.

Una vez finalizada la prometedora escena en el castillo árabe la cinta se transforma, durante una soporífera hora, más o menos, en una caminata a través de los bosques, eso sí, grises y solitarios, en lo que lo único que pasa es un par de encuentros con los malos y un encuentro con los buenos.

En general podríamos decir que la película aprueba con un suficiente bajo en la asignatura de entretenimiento, ya que a medida que te vas tragando el pastel esperas, y eso es lo que te hace seguir tragando, el final apoteósico que parecen prometernos al principio pero una vez que llega el momento todo se queda en un tremendo bluf, seguramente por lo previsible y lineal del argumento acentuado por algunos efectos especiales de serie B total.

En cuanto a los actores principales y viendo el casting podemos pensar que buscaban lo bueno, bonito y barato, lo de barato seguro que lo encontraron, lo de bonito pues como no sea por Rachel Hurd-Wood, ¿y lo de bueno por Pete Postlethwaite? pues vale porque James Purefoy es como una copia barata y mucho menos cachas que el sex simbol de moda Hugh “Van Helsing” Jackman.

Recomendación: repetir Avatar, esta ya la veréis en DVD.


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